El autor

Pablo Lobato Villagrá

Biólogo, editor y experto en comunicación dando un punto de encuentro a la comunicación, la información, la ciencia, la tecnología y la edición. Siempre interesado en participar en nuevos proyectos y aprender de todos ellos.

¿Por qué un biólogo se dedica a la edición? Esa es la pregunta que más frecuentemente me han hecho desde que entré en el mundo laboral. La respuesta podría ser casi siempre la misma, pero lo cierto es que va cambiando. Muchas veces, me decido por el motivo que, estando ya en 4º de carrera, me llevó a plantearme este camino, «si en ciencia, para que un estudio tenga una aceptación y sea útil, tiene que ser publicado, ¿quién se encarga de que todo ese sistema funcione?»

Pero sería un error pensar que mi dedicación a este mundo vino solo por querer formar parte del engranaje de la edición científica. Además de este interés, se añadieron otros, como mi pasión por la divulgación científica, y porque creo que el futuro de nuestra sociedad pasa por potenciar el papel de la ciencia, y para eso lo primero es darla a conocer a todo el mundo, decidí poner en marcha este blog, y colaborar en cualquier medio que le apetezca contar conmigo (se escuchan ofertas).

También decidí tomar este camino por otra necesidad de la que he ido siendo consciente al hablar con muchos de mis excompañeros de facultad que eligieron que su camino sería la docencia. Y es la necesidad de que los libros de texto de ciencias sean de calidad, y con recursos que aprovechen todas las ventajas que las nuevas tecnologías nos brindan; una vocación por seguir la tradición docente de mi familia, pero desde fuera de las aulas, también ayudó a que este camino me llamara la atención, y que desde el primer momento en que empecé a trabajar en este mundo, nunca me haya desligado de proyectos relacionados con libros de texto de cualquier nivel, aportando siempre mi granito de arena intentando hacer un diseño de los contenidos, que se ajuste a los niveles correspondientes, pero sin perder de vista que los muchachos y muchachas que se sienten a estudiar puedan pasar un rato divertido.

No sería justo acabar este pequeño razonamiento sin pasar por una necesidad para que alguien decida dar el salto al mundo de la edición, pues no todo pasa por la ciencia. Y esa necesidad no es otra que la de devorar libros de forma casi compulsiva, no solo por lo que se puede aprender de ellos, sino por que en ellos, y desde pequeño, siempre he encontrado compañeros de viaje a situaciones que nunca pude imaginar. Gracias a los libros he estado en futuros que no desearía estar, rodeado de máquinas infernales y en los que el polvo acabaría con todo, a futuros con los que aún sueño, como poder pasar algunas tardes jugando con un robot llamado Robbie; o he conocido otras culturas, otros lugares, viajes que de momento no me puedo pagar, pero que he disfrutado como si fuera uno más; he vivido pasiones increíbles, he conocido la historia y el pasado, he luchado en mil batallas, he vencido y he ganado, he sido una estrella del rock o el dueño depresivo de una tienda de discos de vinilo, he paseado por los bajos fondos de las décadas más oscuras de nuestra historia, he acompañado a asesinos y he descubierto a otros. Y qué mejor forma de devolver toda esta gratitud hacia los libros que, desde mi profesión, hacer que éstos sean lo mejores posible.

Así que me podéis encontrar editando libros, leyendo libros, paseando, en algún concierto, aprendiendo a tocar el piano, estudiando antropología, o haciendo ciento y un mil cosas más de las que estaré encantado de contaros.